Hoy, martes 11 de septiembre, es
el Día Nacional de Cataluña, tal y como lo define el Parlament, reconocido por
el Estatuto de Autonomía catalán. Es frecuente, como podrán ver en los
telediarios, masivas marchas que recorren las calles, especialmente de
Barcelona, enarbolando la Senyera y rindiendo homenaje a la estatua de un tal
Rafael Casanova. Esta fiesta, imaginada como un día autonómico más dentro de
España(cualquier región tiene el suyo)ha sido marcada por las demandas
nacionalistas que aprovechan la denominada Diada de l’Onze de Setembre para reclamar la
independencia de Cataluña.
El lector se preguntará que
efeméride se conmemora tal día como hoy para tanto festejo. Si bien la mayoría
de las Comunidades Autónomas españolas tienen como día señalado aquel en que se
aprobó su Estatuto, no es así en el caso catalán. La Diada conmemora la caída de
Barcelona en manos de las tropas españolas fieles a Felipe de Anjou, el primer
Borbón, el día 11 de septiembre de 1714, en el marco de la Guerra de Sucesión
española. A simple vista, un homenaje bonito a un hecho histórico. Sin embargo,
este hecho es conmemorado por los nacionalistas como un símbolo de la opresión
de Cataluña, llegando a manipular la Historia para atender a sus demandas
mintiendo sobre el hecho histórico y defendiendo que Cataluña se levantó contra
el dominio español. Analicemos los datos:
La Guerra de Sucesión española
A finales del siglo XVII, reinaba
en España Carlos II. Este monarca, último de la Casa de Austria en nuestro
país, era apodado como “el Hechizado”, debido su lamentable estado físico y
mental. Raquítico y enfermizo desde la infancia era estéril. Todo esto era
debido a los casamientos endogámicos que la Casa de Austria venía realizando
desde tiempo atrás. La cuestión es que el pobre Carlos no podía tener hijos. Y
esto acarreaba un grave problema de sucesión a la Corona. Las potencias
europeas intrigaron para imponer en el trono español a un candidato favorable a
sus intereses, pues no olvidemos que la Monarquía hispánica poseía por entonces
un enorme imperio, no solo en América, sino también en la propia Europa. En el
año 1700, viendo acercarse su propia muerte, el Hechizado nombra heredero a
Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia y de su propia hermana. La esposa
de Carlos II, Mariana de Neoburgo, apoyaba sin embargo al archiduque Carlos, su
sobrino, que expresaba la continuidad de la Casa de Austria en el poder.
El 1 de noviembre de 1701, muere
Carlos II y los acontecimientos se precipitan. Francia expresa su apoyo a
Felipe e Inglaterra, los Países Bajos y Austria al archiduque Carlos. Estallará
un conflicto internacional que además será una guerra civil dentro de la propia
España. Para esto debemos analizar las características de la Monarquía
española.
La Monarquía hispánica era un
conjunto de reinos. A pesar de su unión efectiva dos siglos atrás en la persona
de Carlos I, existían dos conjuntos diferenciados dentro de la Península: La
Corona de Castilla y la Corona de Aragón, cada uno con sus propias leyes,
Consejos y Cortes(Parlamentos). Además, dentro de la Corona de Aragón existían
tres entidades: el Reino de Aragón, el Reino de Valencia y el Principado de
Cataluña. Cada una poseía sus propias instituciones, fueros y privilegios, bajo la persona del
Rey. Siendo este Rey un Austria durante dos siglos, se había respetado estos
viejos privilegios y esta especie de sistema federal. Sin embargo, la llegada
de Felipe V al trono de España amenazaba todo este sistema. El centralismo
borbónico era una realidad que ya esta dinastía había practicado en Francia. Y
si bien en Castilla, peso fuerte de la Monarquía, no se vio mal este ideología
centralista, si fue así en la Corona de Aragón donde vieron amenazados sus
privilegios medievales. De esta manera, a pesar de que existían borbónicos en
la Corona de Aragón, y austracistas en la de Castilla, la guerra civil en
España fue especialmente Castilla contra Aragón. Es reseñable, por cierto, los
casos vasco y navarro. Poseyentes también de instituciones y fueros
diferenciados, apoyaron al pretendiente Borbón y este, en agradecimiento,
mantuvo sus privilegios al final de la guerra. Por eso hoy aún siguen teniendo
el concierto económico y toda esa parafernalia, aunque eso ya es otro tema del
que no vamos a hablar aquí.
Pero volvamos a aquella España dieciochesca. Por no entrar en extensas explicaciones sobre la guerra, solo
decir que en 1711, a la muerte de su hermano, el archiduque Carlos es
proclamando emperador del Sacro Imperio Romano(Alemania) y recibe Austria. Las
potencias europeas que le apoyaban, temerosas
ahora de una unión hispano-germana, le retiran su apoyo y empiezan las negociaciones
de paz. En 1713 se firma la Paz de Utrecht. De aquí solo destacar que aparte de
reconocer a Felipe V como rey de España, se le cedía Gibraltar a Inglaterra. Y
así hasta hoy.
Cataluña no se rinde
El archiduque Carlos se negaba a
renunciar a sus derechos al trono. A pesar de que estaba en Alemania para ser
coronado emperador y gobernar, deja a su mujer la emperatriz Isabel Cristina en
Barcelona en calidad de regente de España. Cataluña, temerosa de la pérdida de
sus fueros(ya habían sido anulados en Aragón cuando Felipe V entró en la región
en 1707)intenta conseguir que se respeten en las negociaciones de paz, a lo que
el Borbón se niega. Habiendo abandonado antes la emperatriz la ciudad condal
las tropas austríacas se retiran, prometiendo antes a los catalanes que han
llegado a acuerdos políticos, cuando en realidad habían entregado Cataluña a
Felipe V. En esto se firma el Tratado de Rastadt, por lo que se firma
definitivamente la paz y Carlos renuncia a sus pretensiones al trono español.
Sin embargo, Barcelona, incomunicada, no se enteraría de este hecho hasta mucho
después. Ante la desoladora perspectiva, las instituciones catalanas forman un
ejército y toman una heroica decisión: una defensa numantina de Barcelona a
favor de sus privilegios y libertades.
Sin embargo, esto en ningún modo
puede ser considerado una declaración de independencia. En primer lugar, como
ya hemos comentado, Barcelona aún no sabía de la renuncia al trono del
archiduque Carlos, por lo que creía en la posibilidad de entronizarlo. En
segundo lugar, el lema del Ejército de Cataluña era bien claro: “Privilegios o muerte”. Estos
privilegios no eran otros que los que llevaban gozando desde tiempos
medievales, y que habían seguido disfrutando dentro de España durante más de
200 años. Y por si el lector aún no se convence, reproducimos aquí el bando que
publicaron los Tres Comunes de Cataluña, sus tres instituciones(la Generalitat,
el Consejo del Ciento de Barcelona, y el Brazo militar de Cataluña)al pueblo de
Barcelona el 11 de septiembre de
1714:
«Ahora
oíd, se hace saber a todos generalmente, de parte de los Tres Excelentísimos
Comunes, tomado el parecer de los Señores de la Junta de Gobierno, personas
asociadas, nobles, ciudadanos y oficiales de guerra, que separadamente están impidiendo
que los enemigos se internen en la ciudad; atendiendo que la deplorable
infelicidad de esta ciudad, en la que hoy reside la libertad de todo el Principado y de toda España, está expuesta
al último extremo, de someterse a una entera esclavitud. Notifican, amonestan y
exhortan, representando a Padres de la Patria que se afligen de la desgracia
irreparable que amenaza el favor e injusto encono de las armas
franco-españolas, hecha seria reflexión del estado en que los enemigos del Rey N.S., de nuestra libertad y Patria, están
apostados ocupando todas las brechas, cortaduras, baluartes del Portal Nou,
Sta. Clara, Llevant y Sta. Eulalia. Se hace saber, que si luego, inmediatamente
de oído el presente pregón, todos los naturales, habitantes y demás gentes
hábiles para las armas no se presentan en las plazas de Junqueras, Born y Plaza
de Palacio, a fin de que unidamente con todos los Señores que representan los
Comunes, se puedan rechazar los enemigos, haciendo el último esfuerzo,
esperando que Dios misericordioso, mejorará la suerte. Se hace también saber,
que siendo la esclavitud cierta y forzosa, en obligación de sus cargos,
explican, declaran y protestan a los presentes, y dan testimonio a los
venideros, de que han ejecutado las últimas exhortaciones y esfuerzos,
protestando de todos los males, ruinas y desolaciones que sobrevengan a nuestra
común y afligida Patria, y exterminio todos los honores y privilegios, quedando
esclavos con los demás españoles engañados y todos en esclavitud del dominio
francés; pero se confía, que todos como verdaderos hijos de la Patria, amantes
de la Libertad, acudirán a los lugares señalados a fin de derramar gloriosamente su sangre y vida por su Rey, por su
honor, por la Patria y por la libertad de toda España, y finalmente dicen y
hacen saber, que si después de una hora de publicado el pregón, no comparece
gente suficiente para ejecutar la ideada empresa, es forzoso, preciso y
necesario hacer llamada y pedir capitulación a los enemigos, antes de llegar la
noche, para no exponer a la más lamentable ruina de la Ciudad, para no
exponerla a un saqueo general, profanación de los Santos Templos, y sacrificio
de niños, mujeres y personas religiosas.
Y para que a todos sea generalmente notorio, que con voz alta, clara e
inteligible sea publicado por todas las calles de la presente ciudad.
Dado en la casa de la Excelentísima Ciudad, residiendo en el
Portal de S. Antonio, presentes los mencionados Excelentísimos Señores y
personas asociadas, a 11 de Septiembre, a las 3 de la tarde, de 1714».
El resto es Historia. La Ciudad
era tomada en ese mismo día. Tras la victoria, Felipe V anuló los fueros y las
instituciones catalanas, así como los de toda la Corona de Aragón. Esta
unificación legislativa, que responde a un proceso histórico occidental que
finalizará con el liberalismo, es reseñada en los Decretos de Nueva Planta.
¡Un momento! ¿Y Rafael Casanova?
Creerá el lector que me he olvidado de él, pero no ha sido así. Rafael Casanova
es hoy uno de los “héroes nacionales” de Cataluña y es homenajeado como un
héroe de la causa independentista, ensuciando su memoria. Muy lejos de la
realidad. Rafael Casanova fue el Conseller en cap(consejero primero del Consejo
del Ciento de Barcelona)y lideró el contraataque catalán durante la toma de la
Ciudad, siendo herido en combate. La mentira nacionalista difundió que murió en
combate. No fue así. Malherido, salió de Barcelona. Amnistiado en 1719 por
Felipe V volvió a ejercer la abogacía. Fiel austracista hasta el final, mantuvo
vínculos con los partidarios de la casa de Austria que quedaban en España, y
tuvo vínculos con Viena. Se le atribuye la autoría de un panfleto austracista
en 1736, con Felipe V ya muy asentado en el trono. Como ven, ninguno de estos
datos incita a pensar que el amigo Casanova fuese un independentista , sino un
español fiel al archiduque Carlos y a las tradiciones y fueros de su tierra.
Mañana veremos miles de senyeras y de marchas a favor de la
independencia, conmemorando este acto y a este hombre, que no representan más
que otro triste capítulo de la Historia de España. Una cruenta guerra civil,
nuevamente entre dos Españas, como en el 36. Esta vez, la España fiel a Felipe
de Anjou y la España fiel al archiduque Carlos. La España innovadora que traía
las nuevas corrientes políticas e ideológicas de Europa, y la España fiel a las
tradiciones, los fueros y los privilegios históricos incluidos en un sistema
federal que vio la era más próspera de nuestra Historia. ¿Cuál era mejor? ¿Se
merecía ganar de verdad Felipe V? Cada uno de ustedes, y yo mismo tendrá su
opinión. Ahí podemos entablar cientos de debates. El único debate que no
podemos entablar es si Cataluña luchó o no por su independencia, porque el peso
de la Historia demuestra así que no. Lástima que tanto manipulador y borrego
hayan hecho necesaria la publicación de este artículo para esclarecer
conceptos.